He salido
con lluvia, alguna vez incluso lloviendo desde el principio con la excusa de
que caía poco aunque luego me ha caído
un autentico aguacero, me ha pillado mas de una tormenta en plena montaña que
con sus rayos y estruendosos truenos me han tenido asustado hasta que han
cesado, he estado rodando por zonas donde la lluvia era tan intensa que las
ruedas iban sumergidas casi un palmo, recuerdo especialmente la subida al pico
Tejo con lluvia, fuerte viento y niebla espesa , y el barro durante todo el
trayecto de la marcha de Requena del 2010.
El frio también me ha acompañado en numerosas
rutas, ahora tengo buen equipamiento y apenas noto que me moleste, pero en
tiempos pasados y precisamente por falta de la equipación adecuada he tenido serias
complicaciones con las bajas temperaturas, nunca olvidare una ruta que hice en
pleno invierno hacia Dos Aguas donde a medida que se ganaba altitud las
temperaturas iban cayendo en picado, llegando a la parte de mayor altitud, los
guardias de trafico controlaban las condiciones de la circulación por la
existencia de grandes placas de hielo, cuando llegue al pueblo me senté y no
reanude la marcha hasta que no recupere el animo para hacer otros tantos
kilómetros de regreso.
Pero de lo
que hoy quiero hacer mención es del
calor, en verano resulta difícil salir a determinadas horas del día, incluso buscando las horas mas frescas de la
mañana luego hay que enfrentarse a la subida del termómetro conforme avanza el
día, pues ni con esas se me quitan las ganas de salir incluso los días de
poniente, el exceso de calor fatiga el cuerpo, baja la moral y reduce el
rendimiento considerablemente, es en estas condiciones extremas cuando el pulsómetro
hace realmente su función al tener que ir controlando muy bien el ritmo
cardiaco.
Hoy tenía
pensado subir al paraje del Tello, y como ya he dicho, rara es la vez que por
las condiciones del tiempo cambio mis planes, había previsión de altas temperaturas
por viento de poniente, y mi decisión ha sido salir a ver que pasaba, la hora
de salida también ha sido la de los registros mas altos, concretamente las
14:30.
Desde un
principio se notaba el bochorno y el ambiente completamente seco, la ruta
transcurre en progresivo ascenso y el viento en contra, las temperaturas
normales han estado entre los 37 y los 39º c.
Rodando por
el camino de La Alberca y dentro de los primeros 10 kilómetros, ya noto que sin
hacer un excesivo esfuerzo el púlsometro se dispara a mas del 95% de la
frecuencia cardiaca máxima, esto me obliga a ir controlando el pulso
regularmente, al llegar a la subida de la montaña tengo esta circunstancia en
cuenta y empiezo con todo el desarrollo puesto y con calma, de esta manera
evitare cualquier posible problema que pueda ocurrir ya que se de antemano que
hoy no voy a encontrar a nadie por la montaña, a pesar de ser esta una zona
habitual de entrenamiento de ciclistas y corredores. De hecho no he encontrado
a nadie en toda la ruta.
La subida la
hago por la llamada Cova Del Águila, esta empieza con una serie de curvas de
herradura con una pendiente exigente, terreno roto y mucho polvo, con el ritmo
que llevo lo salvo sin ninguna incidencia, es un poco mas adelante donde se
entra en la estrecha senda que va acompañada por el cauce seco del barranco que
baja de la parte alta donde la cosa se complica, a los lados las laderas
empinadas de la montaña donde el aire no entra y el ambiente en calma esta en
esta zona mucho mas caliente que en el resto, he empezado a ver subir el
termómetro del ciclocomputador rebasando ampliamente los 40º, conforme me
encajonaba mas entre las montañas mas subía, marcando variantes de 43 y 45º,
pasando un tramo donde he visto la máxima que ha sido de 46,5 º, he tenido que
beber poco pero constantemente y reducir la marcha hasta casi quedar parado,
subiendo o bajando la intensidad conforme iban regularizándose las pulsaciones,
he notado los rayos del sol haciéndome daño cuando rodaba a ritmo muy lento y
cuando con la pierna rozaba el cuadro, este llegaba a quemar.
Antes de
llegar a la rampa complicada de la ascensión, hay un tramo con mucha pendiente
que he pasado despacio, pero aun así no he podido bajar de pulsaciones por lo que he decidido subir la rampa
andando, no quiero jugármela en este corto pero peligroso repecho, el resto del
ascenso lo he hecho mas cómodo sabiendo que lo peor ya lo tenia superado y que
pronto llego arriba y me recuperare en la bajada.
Una vez
arriba me siento mas aliviado, comienzo un tramo de pista que me conducirá a la
bajada de la montaña por les 5 pujaes,
ahora el peligro de sufrir un golpe de calor es menos al ser un terreno en
descenso casi permanente hasta llegar a casa, y el aire aunque caliente y seco alivia un poco.
Ni que decir
tiene que al llegar a casa he preparado una bebida isotónica y una buena
merienda que me han ayudado a recuperar las fuerzas gastadas, y eso ha sido
todo de la aventura de hoy.
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